Terapia de cuencos
La terapia de cuencos es un masaje meditativo producido por la vibración y las ondas sonoras de cuencos de aleación metálica artesanal.
Desde el linaje y método AtmaButi®, se aplican secuencias ordenadas de notas y técnicas específicas, generando un mandala o patrón armónico en las moléculas de nuestro cuerpo y en nuestro campo invisible.
La mente se relaja y las dimensiones física, emocional y espiritual se integran, reconociendo nuestro ser esencial y reactivando la memoria regenerativa de nuestro cuerpo.
En esta geometría de sonidos tocada en un orden antiguo, hay una relajación profunda y un efecto en los chacras y en cada plano celular que abre el flujo de la energía de la vida. Esta alineación de cada molécula de nuestras aguas con la energía vital, nos devuelve la memoria de nuestra vibración personal, nuestras células retoman su memoria de resiliencia hacia el bienestar. Es natural que nuestro cuerpo siempre busque estar bien... es su naturaleza original, como la de todos los seres y cosas vivas..solamente se trata de un orden, de una geometría que nos permite recordar.
“Todas las personas tienen una vibración que es distintiva de su salud y bienestar. Tal y como sucede con un instrumento musical que se desafina con el uso, nuestros cuerpos también pueden perder su armonía vibratoria. El estrés o el pesimismo crean bloqueos en el flujo saludable de energía, primero en nuestro campo energético alrededor de nuestro ser y luego en nuestro cuerpo físico.
El sonido y la vibración también se usan para afinarnos y volver a la salud; y una de las maneras más poderosas, desde nuestra tradición, es usar los cuencos cantores. Hay un profundo efecto saludable que se produce con la fuerza invisible de los cuencos combinada con la oración.” - - Suren Shrestha
Los clientes de terapias de cuencos mejoran su memoria, claridad mental, vitalidad y calidad de sueño. Muchas personas han sanado patologías crónicas o agudas y, en general, resuelven aspectos profundos que no pueden describir en palabras y que con el tiempo resumen en que -finalmente- se sienten bien o que han encontrado un propósito significativo para sus vidas. Hoy en día son más los doctores, enfermeras y terapeutas de distintas ramas de la ciencia que aprenden y aplican el método AtmaButi para integrarlo a sus protocolos y tratamientos.
De los cuencos de Carolina Santizo.
“Pasa. Descansa tu cuerpo sobre la cama. Respira y deja que el mundo desaparezca”. Quien habla es Carolina Santizo, amiga cuya sonrisa abandona, por tamaño y luz, su cara. Yo me siento mal. Visto ropa cómoda para la experiencia y cargo, en mi espalda, varios meses de ansiedad e incertidumbre. Estoy tieso, chueco, blando. Un par de días atrás, la misma Santizo me reconvino con cariño: “Necesitas ayuda; sabes que trabajo con los cuencos y su música, con sus propiedades curativas. Tú haces música. Prueba. ¿A qué le temes?”
Paso y descanso mi cuerpo sobre una cama muy cómoda, en un ambiente que huele bien y que abraza mis dudas apaciguándolas. Sigo la voz de Carolina Santizo, quien me lleva con su mano invisible a cumplir una serie de instrucciones que sigo, sonámbulo. Cierro los ojos. De cualquier forma la presiento: se mueve sin pausa de un lado a otro de la cama, de mi silueta, acomodando los cuencos para que se cumpla el trato.
Los cuencos: hermosas aleaciones con la forma de una boca viva. De su centro profundo y ancestral surgen notas. Santizo acomoda este Tarot de bronce tonal, mientras su voz me duerme en la seguridad del cariño. Sé que va y viene, que pone y quita agua; que establece un ambiente en donde las sensaciones más agradables comienzan a conectar sus puertos. Es ahí donde inicia un viaje piel adentro, custodiado por instrumentos que estiran su voz a través de la frotación continua. Carolina Santizo me está afinando.
Descanso sobre una cama que ya no es cama. La gravedad ha muerto y una liviandad azul se adueña de mi peso. Suena el mundo, es decir el cuarto: lo que intuyo, lo que no puedo ver… lo que puede ser. Me relajo y un decir concreto me atraviesa como la flecha hermosa del silencio que habla. Una red va envolviéndome mientras tempera lo que se ha desajustado en mí. Carolina Santizo afina mis nervios con su arte.
Me voy. Los cuencos unen lo que está roto. Sueño. Hay una condición acuática en la escena; calma y murmullo. La cascada de mi propia vida deslizándose a través de una estampa que me gusta. Los cuencos son pequeñas catedrales que tocan sus campanas para celebrar un despertar diferente.
No sé cuánto tiempo llevo bajo el influjo de una sensación superior. Carolina Santizo me despierta.
Me siento completo y con una cualidad de aire que quiere acariciar árboles y calles. Sueno diferente. Estoy vivo. Ella, también.
José María Arreola
Músico Escritor
Los cuencos cantores de metal se elaboran a mano desde hace más de dos milenios en India, TÃbet y principalmente en Nepal. En el Valle de Katmandú, el clan Shakyamuni, que históricamente se dedica a este arte, todavÃa recita mantras mientras los elaboran, infundiéndolos de energÃa para sanar. Es el mismo método que se practicaba antes de los tiempos del Buda Shakyamuni. Utilizan fuego y torneado a mano para definirles artesanalmente una nota primordial con sus armónicos. Chainpur y Bhojur, cerca del pueblo Khandbari donde nació Suren Shrestha, y la región cerca de Katmandú, son los lugares principales donde se elaboran cuencos cantores y utensilios de cocina de aleación metálica. Actualmente los artesanos de Nepal se esfuerzan por mantener estas técnicas, a pesar de la producción a granel sin rituales que demandan las necesidades del mundo hoy en dÃa, y la escuela AtmaButi sostiene una cadena comercial que promueve la continuidad de las tradiciones espirituales que aún se practican para elaborar cuencos en estas tierras.
Atma Buti
Ceremonia de Luna llena
Elaboración e infusión de cuencos en luna llena de marzo 30, 2018
Suren Shrestha, nacido en el clan Newar, creció con cuencos que también se usaban para comer o cocinar. Cuenta que aunque era común ver campanas colgantes en varios templos, los cuencos no eran parte de la vida nepalà en hogares y estupas. Solamente en las casas de curanderos y sanadores especÃficos se practicaban métodos tradicionales para curar con cuencos, que se preservan por unos cuantos desde tiempos antiguos y que Suren aprendió. Junto con su esposa Ruby transmiten este conocimiento fielmente desde su tradición, con la esperanza de mantener en el tiempo esta medicina sonora, cada vez más comprobada y aceptada por la ciencia actual.
Hoy en día Carolina enseña este conocimiento en idioma español, de la misma manera en que sus maestros le enseñaron a ella, en el resguardo y compartir de la sabiduria ancestral de los pueblos originarios maya e himalaya para la salud y la armonía interior.